jueves, 19 de diciembre de 2013

La "Generación perdida" norteamericana


 
La librería Shakespeare and company,
centro de reunión de los intelectuales
en el París de los años 20
Tras la Primera Guerra Mundial, los Estados Unidos ofrecen al mundo una imagen de éxito y bienestar que poco tiene que ver con las grandes bolsas de pobreza y delincuencia existentes en sus ciudades, combatidas con duras normas (como la famosa “Ley seca”) y una política puritana que va a alejar a muchos de sus intelectuales hacia territorios más atractivos.

De esta manera, en el París de los años 20 confluyen una serie de jóvenes autores que van a recoger e incorporar a su literatura las principales innovaciones estéticas de la vieja Europa: Hemingway, Scott Fitgerald, John Dos Passos... Ellos, junto a otros renovadores del panorama narrativo norteamericano como William Faulkner y John Steinbeck formarán lo que se ha dado en llamar “La generación perdida”, concepto que remite a dos ideas fundamentales:

-         Unas inquietudes estéticas e ideológicas comunes.
-         El hecho de encontrarse desorientados, perdidos, como buscando algo que no hallan.

En palabras del propio Scott Fitgerald, eran víctimas de un mundo al que no pertenecían: ricos, seres descuidados e indiferentes, que aplastaban cosas y seres humanos y luego se refugiaban en su dinero o en su amplia irreflexión, y ello llevó a muchos de ellos tanto a la aventura existencial como a la acción política directa. En su narrativa, estas inquietudes se van a traducir en la ruptura con el realismo social anterior (de autores como Jack London o Stephen Crane, entre otros), incorporando nuevos temas y formas:

-        En cuanto a los primeros: lo inútil de la guerra, la gran mentira de la modernidad, la depresión económica, la desolación e incomprensión del ser humano, la sociedad vacía del jazz…

-       En cuanto a las segundas: su principal innovación entronca con lo que se produce en otras escuelas narrativas europeas, como el neorrealismo italiano o el nouveau roman francés, y afecta a la figura del narrador: se abandona la omnisciencia decimonónica para dejar paso al narrador observador que, en su afán por conocer tan poco de los personajes como el propio lector, pretende dotar a los textos de una buscada objetividad.

 
John Steinbeck, un controvertido Premio Nobel
El uso de técnicas cinematográficas, la denuncia social y la incorporación de personajes corales terminan de configurar los rasgos comunes a la obra de estos autores, todos ellos de gran calidad, como lo demuestra el hecho de que tres ellos fueran galardonados con el Premio Nobel de Literatura: Faulkner en 1949 (El ruido y la furia, Luz de agosto, Absalón Absalón…), Hemingway en 1954 (Adiós a las armas, Por quién doblan las campanas, El viejo y el mar…),  y el californiano John Steinbeck en 1962 (Las uvas de la ira, Al este del Edén, De ratones y hombres, La perla…), a pesar de que, curiosamente, en este último caso, la Academia Sueca afirmara recientemente que se le otorgó porque "era el menos malo".






2 comentarios:

  1. Magnífico resumen. Lo utilizaré en clase (citando el blog, por supuesto).

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    1. Muchas gracias, Patricia. Me alegra que te sea útil. ¡Un saludo!

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