lunes, 22 de octubre de 2012

El mito de Lilith


Lilith, de John Collier
Lilith es el nombre dado por el Talmud (que recoge la tradición oral judía)  a la primera mujer de Adán, madre de gigantes y demonios, que según las leyendas rabínicas no quiso someterse a su marido y lo abandonó para vivir fuera del Paraíso.

Según esta tradición, Lilith fue hecha de barro, igual que Adán (pero de inmundicia y sedimento, según afirma R. Graves en Los mitos hebreos, de 1998). Cuando abandona el paraíso, se retira a una cueva donde encuentra demonios y da a luz niños demoníacos.

Dios envía a tres de sus ángeles en su busca, y estos la amenazan con que cada día morirán cien de sus hijos si no regresa con Adán. Pero Lilith se niega a volver, pronuncia el nombre mágico de dios y, por ello, es maldecida, convirtiéndose en demonio y retirándose a vivir al mar Rojo. Lilith se convierte entonces en una diablesa vengativa y feroz que atormenta a los hombres, seduciéndolos mientras duermen y haciéndoles emitir semen, con el que procrea monstruos que la ayudan a cometer sus fechorías. Además, se vengará del castigo divino estrangulando niños humanos. En la tradición cristiana, Lilith fue eliminada del Genésis, aunque podemos encontrar en él algunas contradicciones muy significativas que parecen aludir a esta primera esposa de Adán

Pero no nos encontramos ante un mito exclusivo de la tradición judía. Los primeros datos al respecto se ubican en una tablilla sumeria del año 2000 aC hallada en Ur, que contiene el relato de Gilgamesh y el sauce. En él Lilith aparece como un demonio hembra que habita en un sauce en la ribera del Eufrates, custodiada por la diosa Anat, y su nombre parece estar vinculado a tres conceptos: lujuria, el desenfreno y la noche.

Lady Lilith, D.G. Rossetti
En la tradición árabe aparece vinculada al Gul, demonio femenino que frecuenta de noche los cementerios en busca de alimento, devorando a niños a los que persigue y asesina (Las mil y una noches, noche 5). En la griega, la Empusa es un demonio femenino equivalente, que visita a los hombres dormidos, acostándose a su lado para morderlos, beber su sangre y provocarles así la muerte. En la latina, la Lamia, amante de Zeus cuyos hijos son asesinados por Hera. Eso la llevará a vagar de noche, sedienta de sangre, en busca de algún niño que desangrar.

En todas estas tradiciones Lilith va asociada a los demonios femeninos o súcubos, cuya principal función es seducir a los hombres. A partir de la segunda mitad del XIX, cuando se impone un nuevo modelo de mujer, tan bella como perversa, tan voluptuosa como cruel, tan sugestiva como astuta, que debe su eclosión tanto a los sentimientos de temor masculinos ante el avance del movimiento feminista como a la fascinación por lo morboso y prohibido en oposición a lo común, lo cotidiano y lo vulgar, el mito vuelve con fuerza y se instala en el arte y la literatura. Lilith, la mujer caída, símbolo de la perdición, del mal y la muerte, guardará desde entonces una estrecha relación con el mito de la femme fatal, simbolizando una morbosa seducción por el sexo y un obsesivo temor por sus atractivos.

Si quieres saber su conexión con el vampirismo y conocer otras historias sobre vampiras, pincha aquí:


1 comentario:

  1. Hesíodo, en su obra Teogonía, menciona la creación de la primera mujer, modelada en arcilla por Hefestos, por orden de Zeus. Pandora fue su nombre. La razón de su existencia ocurrió porque (según comenta Hesíodo en su obra) Prometeo creó, uniendo tierra con agua, al primer hombre.

    Entre los famosos Textos de Qumrán, cabe destacar el manuscrito clasificado cómo 4Q510 Cánticos del Sabio (Himnos contra los Demonios) y en el que aparece la siguiente plegaria: «Y yo, el Instructor, proclamo la majestad de su esplendor a fin de asustar y aterrorizar a todos los espíritus de los ángeles destructores y los espíritus bastardos, demonios, Lilits, buhos y chacales...».

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