jueves, 12 de junio de 2014

SEMBLANZA DE: FEDERICO GARCÍA LORCA

Federico García Lorca nace en Fuente Vaqueros, Granada, el 5 de junio de 1898, en el seno de una familia acomodada de la que heredaría la pasión (de su padre) y la inteligencia (de su madre, maestra de escuela y gran aficionada a la literatura).


El pequeño Federico era un niño observador, que amaba el campo y poseía un talento precoz para la música; interesado en el ritual eclesiástico que escenificaba en el patio trasero de su casa, en el folclore popular y en la literatura, algo que le acompañaría durante toda su vida.

En 1909 la familia se traslada a Granada, donde Federico descubre el teatro. Durante cinco años estudia en el Sagrado Corazón de Jesús, una escuela laica, pero no es un alumno aplicado y pasa la mayor parte del tiempo dibujando en sus libretas. Mayor atención ponía en las clases de piano de Antonio Segura Mesa, del que siempre se sintió deudor.

Cinco años después, Lorca se matricula en las facultades de Derecho y de Filosofía y Letras y en 1917 llegaría su primer poema: “Canción, ensueño y confusión”. Comienza a fraguarse la personalidad del poeta, marcado en esta etapa por su rebelión anticlerical, su antimilitarismo y su angustia sexual. El joven Federico se rebela contra un Dios que crea el deseo para después condenarlo y convertirlo en angustia y sufrimiento; se siente víctima de una conciencia de la que no puede desligarse y reivindica como patria verdadera la del amor y la igualdad.

En 1919 Lorca recala por primera vez en Madrid, donde conoce a Juan Ramón Jiménez, a Guillermo de la Torre, a Salinas y a Gerardo Diego. Su poesía comenzará desde entonces a perder sus aires modernistas, influencia por las nuevas corrientes de vanguardia que llegan de Europa.

En otoño de ese mismo año tienen lugar dos acontecimientos decisivos para la vida de Lorca: el encuentro con Manuel de Falla y su traslado definitivo a Madrid, donde ingresa en la Residencia de Estudiantes y escribe su primera obra de teatro,  El maleficio de la mariposa, que se estrena en el teatro Eslava pero es un fracaso (Madrid aún no estaba preparada para una comedia en verso sobre las desgracias amorosas de una cucaracha).

Lorca, Buñuel, Dalí (a quien conoce en los primeros meses de 1923) y Pepín Bello formarán uno ce los grupos más vitales de la Residencia, estableciéndose entre ellos una relación que les marcará de por vida. Entre los “juegos” a los que se dedican los residentes están: las salidas nocturnas de la Noble Orden de Toledo (disfraces, alcohol y juergas por esta ciudad), los anaglifos (poemas breves formados a partir de tres sustantivos y asociaciones ilógicas y sonoras) y los putrefactos: adjetivo introducido por Dalí para referirse a todo lo que consideraban burgués, anticuado o artísticamente desfasado.

 
La relación cada vez más estrecha entre el poeta y el pintor suscitará pronto los celos de Buñuel, intolerante también con todo aquel sospechoso de homosexualidad. A partir del éxito de Mariana Pineda, en 1927, se dedicará con todas sus fuerzas a apartar a Dalí de la influencia nefasta del García, animándolo para que se vaya con él a París.

Llegamos así al año 29, el año de la crisis del poeta y su huida a Nueva York. ¿Cuáles son las causas de esa crisis?

  • Enero descubre a Dalí y Buñuel en Figueras, trabajando en el guion de la película Un perro andaluz. En la Residencia de Estudiantes, acostumbraban a llamar así a sus compañeros sureños, de los que Lorca formaba parte. El hecho, además, de que el protagonista fuera homosexual o impotente, y la escena del piano con el burro putrefacto (en alusión a la poesía de su Romancero gitano) afectaron terriblemente a la frágil sensibilidad del poeta.
  • Sus padres siguen presionándole y criticándole por no ganar dinero con su actividad literaria.
  • Se prohíbe la obra Amor de Don Perlimplin, por haber seguido ensayando, bajo la dirección de Lorca, el día de la muerte de María Cristina, incumpliendo el luto oficial.
  • El régimen de Primo de Rivera le provoca tal rechazo que no duda en firma un documento expresando su insatisfacción con la política imperante y su convicción de que una España más libre es  posible.
  • La pérdida de la amistad de Emilio Aladrén.
  • El desprecio que inspira el Romancero gitano en algunos de sus amigos, como José Bergamín.
  • La ausencia de Dalí, enfrascado en su aventura cinematográfica con Buñuel.

Tras su estancia en Nueva York y La Habana, Lorca regresa a España y, con la llegada de la República, se embarca en un nuevo proyecto, para el que contaría con la valiosa colaboración de Eduardo Ugarte: La Barraca: un teatro ambulante universitario que interpretaría obras del Siglo de Oro en los pueblos de la España rural, aplicando el precepto horaciano de enseñar deleitando.


1933 marca el principio del éxito para Lorca. Es la época de Bodas de sangre y de Yerma, la llamada de La Argentinita interesándose por sus obras, los viajes a Argentina y Uruguay, el encuentro con Neruda y Borges. El estreno de Yerma en Madrid provoca encendidos elogios de la prensa liberal y escandaliza a la derecha; una revista fascista publica al día siguiente:

“Ninguna mujer decente puede presenciar la obra, que cae dentro del Código penal, porque con ella se comete delito de escándalo público”.

A principios de 1936 la situación política en España se vive con crispación. Ante la amenaza de la ultraderecha, numerosos intelectuales y artistas expresan su apoyo al Frente Popular. El último domingo de la campaña electoral, durante una comida con amigos, Lorca lee el borrador de un manifiesto titulado Los intelectuales con el Bloque Popular, que se publicará en el diario comunista más importante de la época, Mundo obrero. Lorca encabeza una lista de más de trescientas firmas, su compromiso con la democracia ya no puede ser puesto en duda.


La violencia crece en todo el país y tras el asesinato de Calvo Sotelo, el poeta decide volver a Granada, con su familia. Es el día 14 de julio de 1936. Después del alzamiento, la casa familiar recibe en dos ocasiones la visita de las fuerzas falangistas, y el poeta, aterrado, decide refugiarse en casa de su amigo Luis Rosales, cuyos hermanos son militantes de Falange. Allí será detenido el 16 de agosto, siendo fusilado dos o tres días después en el barranco de Víznar.


domingo, 9 de marzo de 2014

El diluvio universal en la tradición griega

El mito del diluvio, de origen mesopotámico, viene recogido tanto en la Biblia como en la mitología greco-latina. Así, Jenofonte señala hasta cinco diluvios si no universales sí anegadores de una buena parte de la tierra conocida: El primero tuvo lugar durante el reinado de Ogiges, el segundo en tiempos de Hércules, el tercero en la época del segundo Ogiges, el cuarto es la historia de Deucalión y Pirra, y el quinto y último cuando la guerra de Troya, siendo este último conocido como “Faronio” o “Faraonio” porque sumergió una parte de Egipto.

A estos cinco cabría añadir otro más, conocido como “el diluvio dardanio”, que según algunas versiones es el tercero cronológicamente hablando, y según otras coincide con el de Deucalión. En cualquier caso, habría tenido lugar antes de la llegada de Dárdano a la Tróada y a la fundación de Dardania, antecesora de Troya.

a)      El diluvio de Ogiges

Tal como nos cuenta Vicenç Joaquín Bastús i Carrera, esta inundación tuvo lugar en Beocia en el año 1796 aC, 300 años antes que el de Deucalión (aunque no todos los críticos están de acuerdo con esta cronología. El anticuarista Varrón, por ejemplo, lo menciona como el punto de partida más antiguo para llegar a la historia de Roma, en el año 2366), y toma su nombre de un rey, el más antiguo de Ática, que gobernaba por aquel entonces. Al parecer, este diluvio no puede considerarse universal, pero sí habría sido de mayores dimensiones que el de Deucalión. Ogiges y algunos compañeros se salvaron de la catástrofe a bordo de un navío.

b)      El diluvio de Deucalión y Pirra

 La historia más conocida es, sin duda, la de Deucalión y Pirra, tratada por Píndaro y Apollodoro y recogida más tarde por Horacio y por Ovidio, en sus famosas “Metamorfosis”.

Al igual que en el diluvio bíblico, la causa de este fue también una venganza divina, en este caso de Zeus, el dios supremo del Olimpo, contra los hombres de la edad del bronce, hijos de Licaón, que se atrevieron a sacrificar a uno de sus hermanos y ofrecerle al mismo Zeus sus entrañas en un banquete, mezcladas con las de las cabras y las ovejas. Esto originó la ira del dios, que allí mismo los convirtió en lobos y decidió enviar una gran inundación para destruir a la humanidad.

Pero el dios Prometeo tuvo conocimiento de los propósitos de Zeus, y avisó a su hijo, Deucalión, recomendándole que construyera un arca y allí se pusiera a salvo junto a su esposa, Pirra, la hija de Epimeteo y Pandora. Se desencadenó entonces el diluvio que anegó toda Grecia excepto las cimas de algunos montes. Durante 9 días, el arca flotó sobre las aguas hasta que finalmente se posó sobre la cima del monte Olimpos, según algunos autores, en el Parnaso, según otros, o en el Etna según unos terceros (hay más versiones).

Coincide esta versión griega con la hebrea, a partir de aquí, en dos aspectos: en que Deucalión, al parecer, envió una paloma en vuelo exploratorio para detectar la bajada de las aguas, y en que cuando abandonaron esta efectuó sacrificios a Zeus. Fueron también al templo de Temis, donde oraron suplicando la renovación de la humanidad. La diosa escuchó sus plegarias, y a través del oráculo les envió el siguiente mensaje, recogido por Ovidio en “Metamorfosis”:

Alejaos del templo y cubrid la cabeza; desatad los vestidos ceñidos y arrojad tras la espalda los huesos de la gran madre”.

Tras meditar sobre el significado de estas palabras, dado que ambos eran huérfanos de madre, decidieron que se refería a las piedras que había a la orilla del río, y así lo hicieron: arrojaron estas tras de sí, y observaron cómo ellas se iban despojando de su rigidez y dureza y tomando forma humana. De las rocas arrojadas por Deucalión surgieron hombres, de las de Pirra mujeres. Y cuenta la leyenda que por eso los seres humanos somos un linaje duro que soporta las fatigas, demostrando con ello cuál es nuestro origen.


Pero, tal como cuenta Pausanias, no fueron solo Deucalión y Pirra quienes se salvaron del diluvio, y quizá este fue el motivo de que el castigo de Zeus sirviera para poco: Megaro, hijo de Zeus; Cerambo de Pellón, transformado en escarabajo por las ninfas; y los habitantes de Parnaso, a quienes despertó el aullido de los lobos. Estos últimos emigraron a la Arcadia, y allí hicieron lo mismo que antes del diluvio habían hecho los hijos de Licaón: las abominaciones antropófagas que habían provocado la ira del dios. 


jueves, 6 de febrero de 2014

Los Monsters



Los Monsters (o The Munsters en su original en inglés) fue una serie humorística de la CBS que se estrenó en Estados Unidos en septiembre de 1964 para competir con La familia Adams, estrenada pocos días antes en otra cadena de televisión. Ambas tenían un planteamiento similar: una peculiar familia procedente de Transilvania se instala en Estados Unidos, donde trata de llevar la vida de cualquier familia de clase media americana.

Ambas series, sin embargo, tienen componentes diferentes: el hecho de que los Adams sean personajes originales, creados para la ocasión, mientras que los Monsters son personajes típicos de películas de terror; y el carácter más cómico de estos últimos, siendo la parodia el principal componente de la serie.
  
La familia de los Monsters está formada por los siguientes miembros:

  1. Herman Monster (Fred Gwyne): es el monstruo de Frankenstein, y se gana la vida trabajando en una funeraria. Buen esposo y padre, simpático e inocente, siempre metiéndose en líos.

  1. Lily Monster (Ivonne de Carlo): la hija del conde Drácula, es la perfecta ama de casa, que cuida con esmero las telarañas de su mansión y se preocupa mucho por su familia.

  1. El abuelo (Al Lewis): el Conde Drácula, de 378 años. Siempre se burla de Hermann, y pasa el tiempo encerrado en su laboratorio del sótano, realizando experimentos y pociones. Es miembro del Sindicato de Científicos Locos.

  1. Eddie Monster (Butch Patrick): el pequeño hijo de la pareja, un jovencito Hombre Lobo que se escapa varias veces de casa y se lleva muy bien con su padre y su abuelo.

  1. Marilyn Monster (Beverley Owen/Pat Priest): la primera sale solo en 13 capítulos. Es la sobrina de Lily, es una joven rubia, muy guapa, que para la familia es la oveja negra: siempre que tiene un pretendiente, cuando le presenta a la familia, este huye despavorido, y los demás piensan que es porque ella es tremendamente fea.

Los Monsters viven en un siniestro caserón, tienen un coche fúnebre como vehículo y un dragón como mascota. Además de la comicidad de la trama y del carisma de sus personajes, otros aciertos de la serie fueron su fotografía en blanco y negro y su acertado diseño de vestuario y dirección artística, pues parodiaban los clásicos de terror de la Universal.

A pesar del éxito, sólo estuvo en antena dos temporadas (de 1964 a 1966), por falta de acuerdo entre sus productores y la cadena CBS en cuanto a los costes de su traspaso al mundo del color. En España se estrenó en 1965 y se repuso en 1986 dentro de La bola de cristal.

Aquí podéis ver la cabecera en español:

lunes, 20 de enero de 2014

Don Juan: un mito más allá de la literatura

Don Juan, imagen tomada de bibliofiliana.blogspot.com 

El mito literario de Don Juan nace en el siglo XVII con un carácter esencialmente teatral: el primer texto donde se encuentra es El burlador de Sevilla de Tirso de Molina (1630); desde entonces hasta hoy, han sido innumerables las versiones y recreaciones que han aparecido en torno a esta figura tan fascinante. Quizás don Juan, junto a Fausto, sean los mitos más versátiles que se encuentran en la historia de la literatura, a diferencia de don Quijote y Hamlet, que parecen escritos de una vez para siempre.
Don Juan, mito eterno, ha venido a convertirse en símbolo viviente de la seducción amorosa masculina, de la agresividad sexual, del conquistador irresistible, del hombre audaz y disoluto que convierte el placer en fin de todas sus acciones. De aquí su condición de "burlador", es decir, de hombre que busca a la mujer para la satisfacción egoísta de su goce y escapa a todo vínculo permanente. El Tenorio es un "caballero" apuesto y cortesano, que encubre sus perfidias con refinada elegancia aristocrática, sabe envolver su persona de cuanto pueda hacerla atractiva y rinde religioso culto al honor, siempre que se trate del propio, porque pisotear el ajeno es una de sus glorias.
El personaje de don Juan no tiene realidad histórica, aunque se haya inspirado en seres con existencia real (a diferencia de Giovanni Casanova, el veneciano que escribió sus memorias describiendo hazañas eróticas de todo tipo), y en él convergen dos motivos temáticos populares de origen incierto: el del burlador de mujeres y el del convidado de piedra. Entre sus características esenciales podemos destacar:

a)      Extraordinaria capacidad de seducción: con él nace una nueva concepción del amor y se dan por concluidas las teorías de Platón y de la poesía trovadoresca.
b)      Carácter exaltado: nunca pasa desapercibido y presume continuamente de su valor, intrepidez, conquistas, hombría, etc. Dista mucho de representar el arquetipo del héroe clásico: no ejecuta ninguna hazaña guerrera, es mentiroso por naturaleza, nunca recurre a la fuerza y antepone siempre la mujer a la espada.
c)      Movilidad, vivacidad y acción trepidante: don Juan está cambiando continuamente porque va en busca de un ideal femenino que nunca encuentra.
d)      Virilidad.
 
Don Juan et Claudine, de Nicolás Eustache
Don Juan-mito ha sufrido con el tiempo muchas y variadas interpretaciones y cada época lo ha ido adaptando a su manera. Su presencia se ha dejado sentir en la música, donde grandes compositores como Gluck y Strauss le rindieron culto con sus obras, sin olvidar el caso más famoso: la ópera Don Giovanni de Mozart, y en el cine. Muchos escritores se dedicaron también a él, entre los que se cuentan genios de la talla de Corneille, Molière y Rostand en la lengua francesa, o lord Byron y Bernard Shaw en la inglesa. En España, desde aquella primera obra de Tirso hasta nuestros días, seguimos su rastro en los escenarios dieciochescos de la mano de Antonio de Zamora (No hay plazo que no se cumpla ni deuda que no se pague, 1744) y asistimos a su renovación en el XIX por voluntad de José Zorrilla. A lo largo del siglo XX han sido muy numerosas las versiones, adaptaciones e interpretaciones del mito en distintos ámbitos:

-          En el teatro: encontramos versiones en los años veinte con autores como Marquina, Valle-Inclán, J.Grau, los hermanos Machado y Federico Oliver; en los cuarenta con Luca de Tena, en los cincuenta con Salvador de Madariaga y muy recientemente en La sombra del Tenorio de Alonso de Santos.
-          En el ensayo: lo han tratado, entre otros, Marañón, Maeztu y José Bergamín.
-          En la narrativa: Blanca de los Ríos, J. Octavio Picón, Azorín y Torrente Ballester.
-          En el cine: el número de versiones sobre el don Juan supera las cincuenta en el mundo, de las que catorce, aproximadamente, son de habla hispana. La mayoría de los filmes españoles tienen como modelo el don Juan Tenorio de Zorrilla. Algunos de los títulos más representativos son el realizado en 1950 por Sáenz de Heredia y el de 1991 de Gonzalo Suárez (Don Juan en los infiernos), versión muy libre del Don Juan de Molière.

Llegado este punto, cabe preguntarse si el mito de Don Juan sigue vivo en la actualidad, cuestión que ha suscitado opiniones encontradas entre los estudiosos. Como simple botón de muestra, basta con reflejar aquí dos posturas contrapuestas:
Jesús Ferrero, en su artículo "¿Ha muerto don Juan?" afirma que no sólo no es así sino que nos encontramos en una época en la que "… ese mecanismo de la seducción fulminante más se está disparando, hasta diseminarse completamente por toda la sociedad…" Por el contrario, Francisco Nieva, después de aportar una serie de argumentos histórico-religiosos y culturales que concurren en la estructura del mito (religión judeocristiana y cultura barroca), termina su exposición con estas palabras:
"A través de numerosas publicaciones sobre el mito de don Juan vemos un empeño un tanto desgarrador en hacer que se prolongue su actividad sobre el inconsciente colectivo contemporáneo, cuando lo que en realidad sucede es que se presiente de un modo confuso que don Juan se vacía como mito y se decanta como símbolo o signo".

jueves, 9 de enero de 2014

La Ametralladora


Desde hoy ya podéis seguir desde este mismo blog mis colaboraciones literarias con la revista cultural "La Ametralladora".

Definida por sus creadores como "Revista cultural sin faltas de ortografía", su intención es difundir la CULTURA, con mayúsculas, en todas sus manifestaciones, libre, independiente, desligada de intereses partidistas y generadora de opinión y pensamiento crítico.

Podéis acceder a mis artículos desde la pestaña "La Ametralladora" de la barra de navegación de este blog. Espero que os guste.

Reflexiones sobre los mitos de héroe
Don Quijote a la luz de la filosofía antigua

jueves, 19 de diciembre de 2013

La "Generación perdida" norteamericana


 
La librería Shakespeare and company,
centro de reunión de los intelectuales
en el París de los años 20
Tras la Primera Guerra Mundial, los Estados Unidos ofrecen al mundo una imagen de éxito y bienestar que poco tiene que ver con las grandes bolsas de pobreza y delincuencia existentes en sus ciudades, combatidas con duras normas (como la famosa “Ley seca”) y una política puritana que va a alejar a muchos de sus intelectuales hacia territorios más atractivos.

De esta manera, en el París de los años 20 confluyen una serie de jóvenes autores que van a recoger e incorporar a su literatura las principales innovaciones estéticas de la vieja Europa: Hemingway, Scott Fitgerald, John Dos Passos... Ellos, junto a otros renovadores del panorama narrativo norteamericano como William Faulkner y John Steinbeck formarán lo que se ha dado en llamar “La generación perdida”, concepto que remite a dos ideas fundamentales:

-         Unas inquietudes estéticas e ideológicas comunes.
-         El hecho de encontrarse desorientados, perdidos, como buscando algo que no hallan.

En palabras del propio Scott Fitgerald, eran víctimas de un mundo al que no pertenecían: ricos, seres descuidados e indiferentes, que aplastaban cosas y seres humanos y luego se refugiaban en su dinero o en su amplia irreflexión, y ello llevó a muchos de ellos tanto a la aventura existencial como a la acción política directa. En su narrativa, estas inquietudes se van a traducir en la ruptura con el realismo social anterior (de autores como Jack London o Stephen Crane, entre otros), incorporando nuevos temas y formas:

-        En cuanto a los primeros: lo inútil de la guerra, la gran mentira de la modernidad, la depresión económica, la desolación e incomprensión del ser humano, la sociedad vacía del jazz…

-       En cuanto a las segundas: su principal innovación entronca con lo que se produce en otras escuelas narrativas europeas, como el neorrealismo italiano o el nouveau roman francés, y afecta a la figura del narrador: se abandona la omnisciencia decimonónica para dejar paso al narrador observador que, en su afán por conocer tan poco de los personajes como el propio lector, pretende dotar a los textos de una buscada objetividad.

 
John Steinbeck, un controvertido Premio Nobel
El uso de técnicas cinematográficas, la denuncia social y la incorporación de personajes corales terminan de configurar los rasgos comunes a la obra de estos autores, todos ellos de gran calidad, como lo demuestra el hecho de que tres ellos fueran galardonados con el Premio Nobel de Literatura: Faulkner en 1949 (El ruido y la furia, Luz de agosto, Absalón Absalón…), Hemingway en 1954 (Adiós a las armas, Por quién doblan las campanas, El viejo y el mar…),  y el californiano John Steinbeck en 1962 (Las uvas de la ira, Al este del Edén, De ratones y hombres, La perla…), a pesar de que, curiosamente, en este último caso, la Academia Sueca afirmara recientemente que se le otorgó porque "era el menos malo".






martes, 3 de diciembre de 2013

Premios Libros y Literatura 2013




He decidido participar en los Premios Libros y Literatura 2013 con la reseña de La sed, de Francisco Muriana, que podéis leer en el Club del lector de este blog. Es un libro que me ha gustado mucho, y me ha parecido sorprendente dentro del panorama de las letras españolas; además, también me parece importante apoyar y difundir la labor creadora de nuevos talentos literarios. 

Todos los que tengáis un blog de temática literaria podéis participar en estos premios, tanto con reseñas inéditas como con otras que ya tengáis publicadas. Si os interesa, las bases de participación pueden consultarse en este enlace:

                            librosyliteratura.es

Si queréis votar por este blog, podéis hacerlo a través del siguiente enlace: