ORÍGENES
Y NACIMIENTO
El dios Pan y su flauta, la siringa |
Este mito tiene su origen en la antigua región griega de Arcadia
(“la región de los osos”), una zona boscosa y húmeda habitada por un pueblo de
pastores en cuyos ritos de fertilidad se adoraba al macho cabrío. Con el
tiempo, esta figura se asimiló a la del dios Pan.
Cuenta la leyenda que este dios es hijo de
Hermes y una hija de Driops (descendiente de Licaón). Cuando nació, su madre se asustó al ver al ser
monstruoso al que había dado a luz, pero Hermes lo envolvió en una piel de
liebre y lo llevó al Olimpo, donde lo mostró a los demás dioses. Todos se
regocijaron al ver al hijo de Hermes, y por ésto fue llamado Pan, que significa
"todos". Otra de las
tradiciones cuenta que Penélope,
durante la ausencia de su esposo Odiseo, tuvo varios
amantes, quedando encinta de uno de ellos. De esta manera, nació Pan, nombre
que significa hijo de
todos.
Fruto de sus
amores con una ninfa o con Gea (según las tradiciones) tuvo un hijo: Sileno,
el preceptor y padre adoptivo de Dionisos (“el más viejo, sabio y borracho de
sus seguidores”).
ASPECTO FÍSICO, FUNCIONES Y SÍMBOLOS.
El dios Pan era
mitad hombre, mitad animal. Tiene una cara barbuda y llena de arrugas, la nariz achatada, el cuerpo velludo, dos
pequeños cuernos en la frente y extremidades inferiores de macho cabrío, con
pezuñas en lugar de pies. Es ágil y está bien dotado para la carrera; trepa por
las rocas y se oculta entre la maleza con habilidad.
Pan es el dios
de los pastores y de los rebaños, de los montes y de los bosques. No reside en
el Olimpo, sino en los bosques de Arcadia, donde lleva una vida tranquila:
Hasta la llegada del mediodía cuida de sus rebaños, sus colmenas y sus
animales. Después, se echa a dormir bajo la sombra de los árboles o junto al
frescor de las fuentes, siendo muy irascible si alguien le molestaba durante su
siesta (por ello, los arcadios creían que cuando una persona dormía la siesta
no debía ser molestado bajo ningún concepto, pues interrumpirían el sueño de
Pan).
También espía y
persigue a las ninfas, por lo que encarna el apetito sexual y la lujuria. Es un dios lascivo, que persigue a
ninfas para saciar su deseo y que cuando no encontraba
ninguna se daba placer a sí mismo; por esa fuerza vital se le considera con
frecuencia una divinidad de la fertilidad de los campos y, sobre todo, del
ganado.
Los símbolos del dios Pan son una siringa, un cayado de pastor y una corona o ramo de pino. Todos ellos
relacionados con los distintos episodios mitológicos en los que el dios se vio
envuelto.
EPISODIOS
MITOLÓGICOS MÁS SIGNIFICATIVOS
- Relacionado con la náyade Siringe:
A
pesar de su aspecto físico, el dios Pan era un gran seductor: Eco, Eufema (la nodriza
de las musas), todas las Ménades (asistentes del cortejo de Dionisos) y Selene
sucumbieron a sus encantos. Pero sufrió también fracasos amorosos, como los de
las ninfas Pitis (que huyendo de su acoso se transformó en pino) y Siringe:
Huyendo
del dios, Siringe llega hasta la corriente del arenoso Ladón y ruega a sus
transparentes hermanas que la transformen. Cuando Pan llega hasta allí y piensa
que se ha apoderado de ella, agarra las cañas del pantano en lugar del cuerpo
de la ninfa. El dios suspira, y el aire, al atravesar las cañas, produce un
dulce sonido semejante a una queja: “esta será mi forma de hablar contigo”-
dijo el dios. Y desde entonces el instrumento tomó el nombre de la ninfa.
- Relacionado con el rey Midas y el dios Apolo:
En otra
ocasión, el dios Pan se jacta de que sus cantos tienen más categoría que los del
mismísimo Apolo, y reta al dios a un certamen musical (la siringa contra la
lira) en la que el anciano Tmolo, monte de Lidia, actúa como juez. Este da la
victoria a Apolo; todos están de acuerdo con el veredicto excepto Midas, que
vota por Pan y que será castigado por Apolo, el cual transforma sus orejas en
las de un asno.
EVOLUCIÓN DEL MITO
En Roma fue identificado con los dioses Fauno
(protector de los rebaños) y Silvano (de los bosques). En su honor se celebraban las fiestas
lupercales, en el mes de febrero.
Existe una
leyenda de tiempos de Tiberio en los que se afirma que una noche se escuchó una
misteriosa voz desde el mar anunció al marinero Tamo: "Cuando llegues a
Palodes encárgate de anunciar que el dios Pan ha muerto!". Se ha
interpretado como el símbolo del nacimiento del cristianismo y el fin del
paganismo en el Imperio Romano, por lo que podemos pensar que Pan era el dios
pagano por excelencia, y que su muerte representaba la muerte de las creencias
pre-cristianas.
Los ritos de
fertilidad originales fueron asumidos a partir del siglo V por las Bacantes, que duraron hasta bien
entrada la Edad Media.
Desde entonces, y hasta nuestros días, la imagen tradicional del dios Pan se asocia en
el cristianismo con la imagen del diablo (en forma de macho cabrío) y los aquelarres, relacionándolo con la
lascivia, la lujuria y el vicio.
De esta manera,
cabe asociar a este dios pagano con el demonio Asmodeo, que en la
tradición bíblica está asociado a la leyenda de Tobías y en la judía es amante
de Lilith. En otras leyendas, lo encontramos también como padre del mago
Merlín.
Desde el Renacimiento, según Juan
López de Hoyos, el dios Pan pasa a significar la alegría y el regocijo
universal; pero será en el Siglo XIX cuando poetas y escritores, primero
los románticos y después los modernistas, reivindiquen la necesidad de
recuperar lo que Pan significa realmente, el retorno a la Arcadia como paraíso
perdido. Conjugando cristianismo y paganismo, nos unimos a Rubén Darío para
entornar esta plegaria que nos demuestra que la muerte de Pan no puede ser sino
una falacia:
Pan nuestro que
estás en la tierra,
porque el universo se asombre,
glorificado sea tu nombre
por todo lo que en él se
encierra.
Vuelva a nos tu reino de fiesta
en que tú aparezcas y cantes
con los tropeles de bacantes
mancillando la floresta.
Hunde siempre violento y vivo
y por tus ímpetus agrestes,
en el cielo cuernos celestes
y en la tierra patas de chivo.
Danos ritmo, medida y pauta
al amor de tu melodía,
y que haya al amor de tu flauta
amor nuestro de cada día.
Deudas que el alma amando
trunca
están en tu disposición,
y no le concedas perdón
a
aquel que no haya amado nunca.
CURIOSIDADES
EL PÁNICO
Esta palabra la crearon los griegos como
adjetivo que acompañaba a términos que significan miedo, espanto, terror (deima / déima); pero no sólo eso,
sino también alboroto (qoruboV / zórybos) y agitación o revuelta (taracoV / tárajos).
Los griegos atribuían al dios Pan los ruidos
y rumores de que están pobladas las zonas boscosas de montes y valles, que en
especial cuando crecían en intensidad producían toda una escala de miedos que
llegaban al terror. A esta especie de miedo provocado por los alaridos del dios
Pan, le llamaron miedo Pánico,
para acabar denominándolo simplemente pánico.
LAS FIESTAS LUPERCALES
En ella dos muchachos, tras haber realizado un sacrificio de un
carnero y tras haberles bañado la frente con un paño de lana mojado en leche y
haberles señalado la frente con el cuchillo manchado de sangre que se había
utilizado en el sacrificio, comenzaban a reír jocosamente y corrían desnudos
llevando la piel del carnero sacrificado adosada y unas tiras de piel del mismo
animal en las manos, con las que azotaban las palmas de las manos y las
espaldas que voluntariamente las mujeres ofrecían.
Los azotes normalmente se han visto
como un medio para asegurar la fecundidad de la mujer gracias al contacto
físico con lo sagrado (recibe la fuerza viva y fecundante del animal a través
de los azotes que sufre por medio de látigos que están elaborados con la piel
del carnero); también se ha interpretado como un acto de purificación mágica,
que tiene como consecuencia la expulsión de todo mal (sobre todo el de la
esterilidad) que pueda dañar una fecundidad feliz.
Exlente explicación para acabar con la colas en las panaderías y abastos de la RBV...
ResponderEliminarGracias!
ResponderEliminarGracias por tu ilustración
ResponderEliminargracias
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