El interés de los autores románticos de toda Europa
por recuperar las tradiciones populares de sus respectivos países no fue ajeno
a nuestros escritores nacionales. Así, Bécquer y Zorrilla resucitaron gran
número de historias legendarias de la tradición oral, procedentes de la España
medieval y renacentista, y crearon otras nuevas.
Concretamente, José Zorrilla se inspiró la
leyenda toledana del Cristo de la Vega para su obra A buen juez, mejor
testigo. Cuenta esta leyenda, que en la ciudad de Toledo, doña Inés de
Vargas tenía amores ilícitos con el joven y apuesto Diego Martínez, y que ante
la partida de él a los Tercios de Flandes le pidió promesa de matrimonio, que
el joven le dio ante la imagen del Cristo de la Vega. Partió a la guerra,
demorándose en volver, mientras Inés languidecía. Cuando por fin, un día, se produjo
tan esperado regreso. Más, ¡ay!, Diego había olvidado todas sus promesas, y
negó una vez tras otra que en algún momento hubieran tenido lugar.
Desesperada, Inés acudió al gobernador de la Corte,
quien le pidió en el juicio la presencia de un testigo. De esta manera, un
nutrido grupo de notables de la ciudad se encaminaron a la ermita del Cristo de
la Vega. Una vez allí, el notario se adelantó y dirigiéndose a la imagen de
Jesús le dijo:
-
¿Juráis ser cierto que un día a
vuestras divinas plantas juró a Inés Diego Martínez desposarla por mujer?
Entonces, todos los presentes vieron cómo la mano
derecha del Cristo se desclavaba de la cruz y se posaba sobre los autos con un
golpe seco. Al mismo tiempo, se oyó desde lo alto una voz profunda que decía:
-
Sí, juro.
.El penitente. Foto de David Utrilla en flicker |
Y si hablamos de leyendas tenemos que hablar,
lógicamente, de Gustavo Adolfo Bécquer, autor de un conjunto de
narraciones breves escritas y publicadas entre 1858 y 1864 bajo el nombre,
precisamente, de Leyendas. Muchas de ellas están íntimamente
relacionadas con la ciudad de Toledo:
Tres fechas: esta en realidad no es una
leyenda, sino una experiencia del propio autor, que al pasar por una calle
toledana puso su mirada en una ventana, cuya cortinilla se movía haciéndole
creer que por obra de la mano de una misteriosa mujer. Algún tiempo después,
creyó ver la misma mano saludándole desde la ventana de un palacio que estaba
dibujando. Un año más tarde, en la misma plaza, entró en el convento que allí
se hallaba y presenció la toma de hábito de
una novicia. Al preguntar por ella, le dijeron que era una joven
huérfana que anteriormente vivía, curiosamente, en la misma calle en la que
estaba la cortinilla que se movía.
Rosa de pasión: leyenda judía que nos habla sobre el vengativo y rencoroso Daniel Leví, cuya hija Sara se enamora de un cristiano. Cuando el padre se entera decide no permitirlo, y en compañía del joven hebreo que le puso en antecedentes se dirige a las ruinas de una iglesia en el monte, preparándolo todo para realizar una crucifixión. Sara, que los ha seguido hasta allí, piensa que van a crucificar a su amado, y se enfrenta a ellos, diciéndoles que se ha convertido al cristianismo y que se avergüenza de sus orígenes hebreos. El padre entonces la crucificó. Cuenta la leyenda que años después un pastor encontró en aquel lugar una rosa, y bajo ella el cadáver de una mujer martirizada, y por eso le llamaron La rosa de la pasión.
Rosa de pasión: leyenda judía que nos habla sobre el vengativo y rencoroso Daniel Leví, cuya hija Sara se enamora de un cristiano. Cuando el padre se entera decide no permitirlo, y en compañía del joven hebreo que le puso en antecedentes se dirige a las ruinas de una iglesia en el monte, preparándolo todo para realizar una crucifixión. Sara, que los ha seguido hasta allí, piensa que van a crucificar a su amado, y se enfrenta a ellos, diciéndoles que se ha convertido al cristianismo y que se avergüenza de sus orígenes hebreos. El padre entonces la crucificó. Cuenta la leyenda que años después un pastor encontró en aquel lugar una rosa, y bajo ella el cadáver de una mujer martirizada, y por eso le llamaron La rosa de la pasión.
Ofenda a Toledo. Foto de to311235 en flicker |
El cristo de la calavera: esta leyenda nos habla de la
rivalidad de dos amigos por conseguir el amor de la misma mujer, de nombre doña
Inés. Un día, a la dama se le cayó un guante y los dos jóvenes se lanzaron a
por él, agarrando cada uno de un extremo sin que ninguno cediera, teniendo que
intervenir el propio rey para devolvérselo a su dueña. Así las cosas, los dos
caballeros se citan por la noche en la plaza del Cristo, donde, en un arco
rehundido en el muro, había una imagen de Cristo clavado en la cruz y con una
calavera al pie. Cada vez que los jóvenes levantaban sus espadas para entrar en
combate, los farolillos se apagaban y una voz misteriosa parecía decirles que
no rompieran la amistad que tantas veces habían jurado mantener. Ante esta
situación, Alonso y Lope se encaminan a casa de doña Inés para que sea ella
quien elija a uno de los dos… mas, al llegar allí, descubren a un hombre, el
amante de doña Inés, bajando del balcón con una cuerda… Los dos amigos se
marchan de allí riendo, y al día siguiente, cuando marchaban a la guerra, doña
Inés los vio sonreír y se dio cuenta, avergonzada, de que su honor había
quedado mancillado para siempre…
La ajorca de oro: la última de las leyendas becquerianas de las que vamos a hablar nos
habla también de una mujer fatal, caprichosa y frívola, que va a provocar la
perdición de su amado, Pedro. Este la encuentra un día llorando, y al
preguntarle el por qué ella le cuenta que había visto que la Virgen del
Sagrario, patrona de Toledo, tenía una ajorca de oro que ella deseaba con todas
sus fuerzas. Pedro le dice que haría cualquier cosa por ella menos robar a
su Santa Patrona, pero ante el
sufrimiento de la joven decide hacerlo. Así, una noche se dirige a la catedral,
y trepa hasta la imagen en medio de las tinieblas. Tembloroso y atemorizado,
cierra los ojos y arranca la valiosa joya del manto de la virgen. Cuando abre
los ojos, da un grito aterrorizado y cae al suelo, y allí observa cómo todas
las estatuas de la catedral, santos, monjas, ángeles y demonios, cobran vida y
se dirigen hacia él… que cae desmayado. Al día siguiente, los encargados de la catedral
lo encontraron al pie del altar, con la ajorca en las manos, la mirada perdida
y gritando en dirección a la virgen: ¡suya, suya!.. Había enloquecido.
Para saber más sobre la ciudad de Toledo y sus leyendas, escuchad este audio:
Muy interesantes las leyendas, para recordarlas mientras se recorren las calles de Toledo.
ResponderEliminarMuchas gracias Ruth, me alegra que te hayan gustado :D
ResponderEliminarEse programa fue muy bueno, como todo lo que soléis hacer en El abrazo del oso.
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